martes, 5 de agosto de 2008

Cuento: .... CON UN OJO ORO, CON UN OJO NEGRO

CON UN OJO ORO, CON UN OJO NEGRO.

Me contaron que no están difícil contar un cuento, siendo así, entonces déjenme contarles este cuento.
Este es sobre un personaje que nació en las alturas de la comunidad de Vila Vila. Esta es una comunidad de no mas de 20 o 25 familias, una comunidad de las muchas que existen en los Sud Yungas Paceños. Este es un lugar mágico con la peculiaridad de que es una región ganadera, agrícola, templada, y productora de su tan reconocido y mentado Durazno.
Pero, déjenme contarles, lo que lo hacia distinto a este personaje, hoy de canas blancas, piel arrugada, semi encorvado, mas flaco, cansado y de ojos casi nublados, y es que de muy joven tenia una particularidad muy extraña y especial. El, tenia: ..... UN OJO ORO, UN OJO NEGRO.
Un OJO ORO, tan brillante como el mismo metal, como el mismo día, tan noble y cautivante, que enceguecía y cautivaba a todo aquel que podía apreciarlo. Era tan especial que al mismo tiempo se comentaba que no era de este mundo. Y como en todo pueblo de los Yungas Paceños, se tejía a su alrededor un sin numero de comentario y cuentos, hasta hoy se sigue hablando del tema, aun es motivo de charla de los viejos del pueblo, que hablan de esto al compás de un cigarro criollo.
Un OJO NEGRO, tan negro como la piel de Don Anselmo, como la misma noche sin luna, como el mas oscuro pensamiento impensable, tan negro y profundo que invitaba a observar la oscura noche, tratando de ver o apreciar algo en la oscura oscuridad, así de negro.
Se que es difícil creer esto, pero se cuenta que es verdad, la mas pura verdad. Para poder tapar a simple vista este su efecto visual, se hizo crecer el pelo, mismo que lo tenia lacio y delgado, y así cubría su OJO ORO. Pero otra forma de camuflar su peculiar aspecto, era que siempre llevaba puesto un sombrero Negro, de ala ancha. Y este sombrero venia franjeado por una cinta amarilla, que le daba un toque especial y elegante, muy elegante. pues este señor tambien era alto. Y en algo lo disimulaba.
Su sola presencia llamaba la atención de cualquier persona, y en especial de aquellos que no lo conocían. Para los que si lo conocían, les era fácil de reconocerlo hasta por su misma sombra. Pero lo intrigoso para los que nunca los vieron, era poder observarlos.
¿se imaginan ustedes poder observarlo? .... ¿tenerlo frente a frente? ..... ¿se imaginan eso?
Busque y dialogue con varias personas, contemporáneas de este señor, para que me pudieran contar que es sentir esa mirada, y los mejores relatos vienen acompañados íntimamente por un balón de FUTBOL. de seguro te preguntaras el ¿por qué? déjame que te cuente, lo que me contaron.
Como todos saben, el mejor FUTBOL Criollo se lo juega en las tierras Yungueñas, los mejores torneos y campeonatos están en estas tierras. El Inter Yungueño goza de prestigio, pero en el Inter Comunitario es donde se expresa este deporte en su máxima expresión natural, es decir con bohemia. Los habitantes de los Yungas, nacieron para Patear la pelota, lo hacen tanto mujeres como varones, con gran destreza y con los pies descalzos, con pies descalzos te aseguro que no sabes, lo delicioso que es.
Se me olvido mencionarte que la comunidad donde nació, tiene el mejor césped de todos los Yungas, de seguro dudas de esto, pero debo decirte que cuentan con las mejores podadoras y abonadoras del mundo. Las que podan son las ovejas, dejando la cancha con un perfecto recorte, parecido a una mesa de billar. Y los que abonan son las vacas, toros y becerros, que dejan al “chiji” nutrido al cien por cien. Y el riego es natural, pues la acequia pasa por encima de la cancha. Como verán, las condiciones están dadas para tener la mejor cancha.
Dotado de una habilidad mas que regular, se dice que jugaba en todos los puestos posibles y según su temperamento y humor. Se cuenta que no regateaba jugar, el balón le era una debilidad. Como lo es para muchos de nosotros, y sin duda era la mejor forma para poderlos observar.
Dicen que si se encontraba enojado, por quien sabe que, se metía a jugar de mortal delantero, y era tal su afán por anotar que no dudaba en apuntar de cualquier lado. Con tal certeza y potencia que exigía a cualquier portero a “volar”. Lo mortal de su disparo era que se veía brillar su OJO ORO con tal intensidad que dejaba al ocasional cancerbero relajado, asombrado y por no decir perplejo por tal efecto. La anotación era casi segura, y tras el GOL apretaba el puño apuntándolo al cielo en señal de satisfacción.
En otras ocasiones jugaba de ocasional “10”, se dice que le entraba el bicho de regatear a cuanto rival se le pusiera en frente, realizaba caños y rabonas a doquier, ocasionando el fastidio natural de sus rivales. A nadie nos gusta que nos hagan un caño, y menos que nos sobren con una rabona, y buscamos vengar el atrevimiento con una patada o un planchazo. Se dice que muchos se fastidiaban por su actuar y que muchos fueron los que nunca lograron su objetivo, pues al tan solo ver ese juego de ojos especiales de frente, el ver esa mirada singular, esa sensación hacia que se retracten.
Tenerlo de marcador era un tormento para los ocasionales rivales, pues se empecinaba por maltratar al 10 contrario, al que no le permitía realizar su juego de armar, y se encargaba de bloquear el juego contrario, cortando y recuperando todo balón que pasaba a su campo.
Lo mas asombroso era cuando decidía cuidar los tres palos, se comenta que sus voladas eran espectaculares, y que sus saques de meta eran matemáticamente calculados y mortales. Los delanteros le levantaban el pulgar en gesto de aprobación y se recriminaban cuando no podían controlar el balón. Pero claro, tambien le anotaban goles, pero deberás que era un proeza realizarlo, y festejarlo era un deleite. Pero, si había algo difícil de ejecutar, era un penal.
Dicen que había dos formas:
Una, era mirarlo, y vencer esa mirada, pero vencer esa mirada era casi imposible, ver que un ojo brille, y el otro te condene a lo oscuro de fallar el tiro, era algo difícil de superar, y el ejecutante estaba casi condenado a fallar, sin que el siquiera se de la molestia de pestañear.
La otra, era resistirse a mirarlo, así la provocación este expuesta. Con toda la condena que llevaba el calvario de colocar el balón en el punto blanco de cal, darle la espalda y caminar, girar y mirar para el piso, correr y ejecutar “a lo ciego” con el desenlace de acertar o de trágicamente fallar. Cosa que era mas que segura, pues se dice que contaba con muy buenos reflejos.
¿tu te lo imaginas?
Ayer lo vi, esta casi ciego por las nubes que tiene, en ambos ojos, pareciera que tanto uso, hoy cobran su factura, así que me quede con las ganas de poder verlos. Habla poco y con retaceos a ampliar la charla, aprovecha las visitas para facilitarse y proveerse de lo esencial para su vivir.
Ocupa un cuarto no muy grande, pero enorme para lo que puede copar. Usa esos tirantes que le sostienen los pantalones que hoy le quedan anchos, su camisa tiene remaches, y remanga las mangas hasta medio brazo. Hoy lo acompaña un bastón, que brilla por el uso, y del cual tiene un dominio espectacular.
No me quiso hablar de sus proezas futboleras, esquivo con hábiles gambetas las preguntas, y hasta puedo decir y afirmar que me quede sin cintura, tratando de encontrar por donde me paso de largo. Solo lo vi lejos de contestar.
Pero puedo asegurar que si gustaba de este mágico deporte, pues pude evidenciar un par de balones, de esos de puro cuero, de esos costurados a pulso, no eran blancos, eran color cuero, pero tenían evidencias de haber sido algún día blancos. Pero lo que me llamo mucho la atención, es que no estaban en el suelo, estaban en una especie de repisa, cada uno a cada extremo. Ambos verdaderas reliquias y cómplices seguros de esas tantas batallas en campos verdes o campos semi verdes o en campos gredosos, como los muchos que hay por estos lados, por estos mágicos lados.
Solo me queda imaginármelos, solo me queda soñar con enfrentar esos ojos, estar en el equipo contrario, para poder sentir, apreciar, quien sabe sucumbir o tal vez lograr vencer, al hombre que nació con........
UN OJO ORO, CON UN OJO NEGRO.