domingo, 31 de julio de 2016

Obdulio 1950 ...



Y otra mas de Obdulio, esta vez de otro libro de Galeano. No es insistir sobre el tema, pero concordaran conmigo en sostener que lo acontecido aquel 16 de julio de 1950, no tiene descripcion, por muy satisfactorio que haya sido el resultado para los Charruas, o bastante muy triste para los Cariocas ...

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1950
Río de Janeiro
Obdulio

Viene brava la mano, pero Obdulio saca pecho y pisa fuerte y mete pierna. El capitán del equipo uruguayo, negro mandón y bien plantado, no se achica. Obdulio más crece mientras más ruge la inmensa multitud, enemiga, desde las tribunas.

Sorpresa y duelo en el estadio de Maracaná: el Brasil, goleador, demoledor, favorito de punta a punta, pierde el último partido en el último momento. El Uruguay, jugando a muerte, gana el campeonato mundial de fútbol.

Al anochecer, Obdulio Varela huye del hotel, asediado por periodistas, hinchas y curiosos. Obdulio prefiere celebrar en soledad. Se va a beber por ahí, en cualquier cafetín; pero por todas partes encuentra brasileños llorando.

Todo fue por Obedulio dicen, bañados en lágrimas, los que hace unas horas vociferaban en el estadio—. Obedulio nos ganó el partido. Y Obdulio siente estupor por haberles tenido bronca, ahora que los ve de a uno. La victoria empieza a pesarle en el lomo. Él arruinó la fiesta de esta buena gente, y le vienen ganas de pedirles perdón por haber cometido la tremenda maldad de ganar. De modo que sigue caminando por las calles de Río de Janeiro, de bar en bar. Y así amanece, bebiendo, abrazado a los vencidos.

Del libro; Las memorias del fuego III
De: Eduardo Galeano
Pág. 131, 132

Saludos Totales …

La Rosca ...



1946
La Paz
La Rosca

En la cumbre, hay tres. Abajo, en la base de la montaña, hay tres millones. La montaña es de estaño y se llama Bolivia.

Los tres de la cumbre forman la Rosca minera. Simón Patiño está al centro. A un costado tiene a Carlos Aramayo; al otro, a Mauricio Hochschild. Patiño era un minero pobretón hasta que hace medio siglo una hada lo tocó con la varita mágica y lo convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo. Ahora usa chaleco con cadena de oro y a su mesa sienta reyes y presidentes. Aramayo viene de la aristocracia local. Hochschild viene del avión que lo trajo. Cualquiera de los tres tiene más dinero que el Estado.

Todo lo que el estaño rinde, queda afuera. Para evitar impuestos, la sede de Patiño está en Estados Unidos, la de Aramayo en Suiza y la de Hochschild en Chile. Patiño paga a Bolivia 50 dólares al año por impuesto a la renta, Aramayo 22 y Hochschild nada. Cada miembro de la Rosca dispone de un diario y de varios ministros y legisladores. Es tradición que el canciller reciba un salario mensual de la Patiño 125 Mines. Pero ahora el presidente, Gualberto Villarroel, quiere obligar a la Rosca a pagar impuestos y salarios que no sean simbólicos, así que se desata una desaforada conspiración.

Del libro; Las memorias del fuego III
De: Eduardo Galeano
Pág. 124

Saludos Totales …

El Malandro ...



1939
Río de Janeiro
El Malandro

El malandro más temible de Río se llama Madame Satán.
Cuando tenía siete años, la madre lo cambió por un caballo. Desde entonces anduvo de mano en mano, de dueño en dueño, hasta que vino a parar a un burdel donde aprendió el oficio de cocinero y las alegrías de la cama. Ahí se hizo matón profesional, protector de las putas y los putos y de todos los bohemios sin amparo. Los policías le han pegado palizas como para enviarlo varias veces al cementerio, pero este negro fortachón nunca va más allá del hospital y de la cárcel.
Madame Satán es él de lunes a viernes, un diablo de sombrero panamá que a trompadas y navajazos domina las noches del barrio de Lapa, mientras pasea silbando y marcando el ritmo del samba con una cajita de fósforos; y los fines de semana es ella, la diabla que acaba de ganar el concurso de fantasías de carnaval con una mariconísima capa de murciélaga dorada, que lleva un anillo en cada dedo y que mueve las caderas como su amiga Carmen Miranda.

Del libro; Las memorias del fuego III
De: Eduardo Galeano
Pág. 113

Saludos Totales …

Cinco Mujeres ...



1978
La Paz
Cinco mujeres

—El enemigo principal, ¿cuál es? ¿La dictadura militar? ¿La burguesía boliviana? ¿El imperialismo? No, compañeros. Yo quiero decirles estita: nuestro enemigo principal es el miedo. Lo tenemos adentro.

Estito dijo Domitila en la mina de estaño de Catavi y entonces se vino a la capital con otras cuatro mujeres y una veintena de hijos. En Navidad empezaron la huelga de hambre. Nadie creyó en ellas. A más de uno le pareció un buen chiste:

—Así que cinco mujeres van a voltear la dictadura.

El sacerdote Luis Espinal es el primero en sumarse. Al rato ya son mil quinientos los que hambrean en toda Bolivia. Las cinco mujeres, acostumbradas al hambre desde que nacieron, llaman al agua pollo o pavo y chuleta a la sal, y la risa las alimenta. Se multiplican mientras tanto los huelguistas de hambre, tres mil, diez mil, hasta que son incontables los bolivianos que dejan de comer y dejan de trabajar y veintitrés días después del comienzo de la huelga de hambre el pueblo invade las calles y ya no hay manera de parar esto.

Las cinco mujeres han volteado la dictadura militar.

Del libro; Las memorias del fuego III
De: Eduardo Galeano
Pág. 219

Saludos Totales …

Estocolmo, 1958 ...



1958
Estocolmo
Pelé

Resplandece el fútbol brasileño, que baila y hace bailar. En el Campeonato Mundial de Suecia, se consagran Pelé y Garrincha, para desmentir a quienes dicen que los negros no sirven para jugar en clima frío. Pelé, flaquito, casi niño, hincha el pecho, para impresionar, y alza el mentón.

Él juega al fútbol como jugaría Dios, si Dios decidiera dedicarse seriamente al asunto. Pelé cita a la pelota donde sea y cuando sea y como sea, y ella nunca le falla. A los altos aires la envía: ella describe una amplia curva y vuelve al pie, obediente, agradecida, o quizás atada por un elástico invisible. Pelé la levanta, encoge el pecho, la deja rodar suavemente por el cuerpo: sin que toque el suelo la va cambiando de pierna mientras se lanza, corre que te corre, camino del gol. No hay quien pueda atraparlo, a lazo ni a balazo hasta que deja la pelota clavada, blanca, fulgurante, en el fondo de la red.

Dentro y fuera de la cancha, se cuida. Jamás pierde un minuto de su tiempo, ni se le cae nunca una moneda del bolsillo. Hasta hace poco, lustraba zapatos en los muelles del puerto. Pelé ha nacido para subir; y lo sabe.


1958
Estocolmo
Garrincha

Amaga Garrincha tumbando rivales. Media vuelta, vuelta completa. Hace como que va, pero viene. Hace como que viene, pero va. Los rivales caen despatarrados al suelo, uno tras otro, culo en tierra, piernas al aire, como si Garrincha desparramara cáscaras de banana.

Cuando ha eludido a todos, incluyendo al arquero, se sienta sobre la pelota, en la línea de gol. Entonces, retrocede y vuelve a empezar. Los hinchas se divierten con sus diabluras, pero los dirigentes se arrancan los pelos: Garrincha juega por reír, no por ganar, alegre pájaro de patas chuecas, y se olvida del resultado. Él todavía cree que el fútbol es una fiesta, no un empleo ni un negocio. Le gusta jugar a cambio de nada o por unas cervezas, en playas y campitos, Tiene muchos hijos, propios y arrimados. Bebe y come como si fuera la última vez. Manoabierta, todo lo da, todo lo pierde. Garrincha ha nacido para derrumbarse; y no lo sabe.


Del libro; Las memorias del fuego III
De: Eduardo Galeano
Pág. 154, 155

Saludos Totales …