1889
Montevideo
El
fútbol
Setenta años cumple, en Londres, la reina Victoria. En el río de la
Plata, lo celebran a patadas.
Las selecciones de Buenos Aires y Montevideo disputan la pelota, en el
campito de La Blanqueada, ante la desdeñosa mirada de la reina. Al centro del palco,
entre las banderas, se alza el retrato de la dueña de los mares y buena parte de
las tierras del mundo.
Gana Buenos Aires 3 a 0. No hay muertos que lamentar, aunque todavía
no se ha inventado el penal y arriesga la vida quien se aproxima al arco
enemigo. Para hacer un gol de cerquita, hay que embestir contra un alud de
piernas que se descargan como hachas; y cada partido es una batalla que exige
huesos de acero.
El fútbol es juego de ingleses. Lo practican los funcionarios del ferrocarril,
del gas y del Banco de Londres, y los marineros de paso; pero ya unos cuantos
criollos, infiltrados entre los artilleros de rubios bigotazos, están
demostrando que la picardía puede ser un arma eficaz para fusilar arqueros.
Del libro: Memorias del Fuego III
Pág. 203 -204
De: Eduardo Galeano
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