1948
Valle de Upar
El
vallenato
—Yo quiero pegar un grito y no me dejan...
El gobierno de Colombia prohíbe el Grito vagabundo. Arriesgan
calabozo o bala quienes lo canten. En el río Magdalena, lo cantan igual.
El pueblo de la costa colombiana se defiende musiqueando. El Grito vagabundo
es un ritmo vallenato, uno de los cantos de vaquería que dan noticia de los
sucedidos de la región y, de paso, le alegran el aire.
Con el acordeón al pecho cabalgan o navegan los trovadores de
vallenatos. Con el acordeón al muslo reciben el primer trago de todas las
parrandas y lanzan su desafío, salga quien salga, a duelo de coplas. Como
cuchilladas se cruzan los versos vallenatos, que el acordeón lleva y trae, y
varios días y noches duran estas guerras alegres en los mercados y en los
reñideros de gallos. El más temible rival de los improvisadores es Lucifer,
gran musiquero, que en el infierno se aburre y dos por tres se viene a América,
disfrazado, en busca de fiesta.
Del Libro: Memorias del Fuego III
Pág.
De: Eduardo Galeano
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